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lunes, 23 de junio de 2008

Nuestro querido Patronato

¿Cuál es el verdadero secreto de una sonrisa? Lo podemos percibir en nuestros amigos, en nuestra familia, en nuestros conocidos, en resumen, la felicidad nos rodea. Qué necesita una persona para que, en vez de pasar por al lado de alguien e ignorarle completamente, le dedique una décima de segundo de su tiempo a sonreír y a aportar una brizna de luz en la vida de la otra persona. Suena demasiado exagerado, pero si nos paramos a pensar en ello un instante, veremos como todo cambia por completo. ¿Qué diferencia vemos en un vaso medio vacío de uno medio lleno? Ninguna, todo depende de los ojos que lo miren. Tendríamos que apreciar más aquellos momentos que nos dan las personas que nos rodean, aquellas que nos quieren, o simplemente aquellas a quienes observamos sin que se den cuenta; porque en cada uno de las acciones hay un porcentaje de alegría…si lo queremos buscar y sabemos encontrar.

Solo con pensar en lo que espera esa tarde especial, esa tarde en la que, indirectamente, nos encontramos todos y compartimos vivencias, risas, sorpresas, juegos, adversidades… Sólo con pensar en ello, el gesto de mi cara se transforma por completo, ya que allí, olvido los problemas que la semana me ha impuesto, y los que me quedan por resolver; porque allí tengo a mis amigos, a mi familia, o simplemente a mis conocidos que observo sin que se den cuenta. En ese lugar, la mayoría de nosotros, hemos crecido, hemos pasado nuestros ratos de ocio, pero también de trabajo. Hemos trabajado solos, en pareja ¡y hasta de cientos! Pero lo que realmente importa no es un yo, sino el todo; el todo que allí se forma entre todas las generaciones, entre los que están, estarán, estuvieron y los que nunca volverán a estar entre nosotros.

Ver a los niños crecer a tu lado, y a ti crecer con tus mayores, de los que antes fuiste su niño. Enseñando (el mayor de los placeres, creo) lo que sabes a quienes, desinteresadamente, acuden en busca de tus consejos, de tus desacuerdos y ánimo. No muchas veces se ve a un padre y un hijo aprendiendo lo mismo juntos, ni a un niño enseñando a un hombre que podría ser su padre, incluso abuelo.

Ver ahora el eterno retorno de los acontecimientos: donde yo estudié, ahora estudian niños nuevos. Donde yo jugué, ahora juegan traviesos nuevos. Donde yo tengo buenos recuerdos, ahora los tendrán soñadores nuevos. Las personas que yo conocí, las están conociendo personas nuevas. Las cosas que yo rompí, nunca las volverán a encontrar los pillos nuevos. Los errores que allí cometí, los vuelven a cometer ingenuos nuevos. Lo que yo disfruté, espero que lo sigan disfrutando niños, adultos, ancianos nuevos. Lo que yo eché en falta, ahora lo aprecian afortunados nuevos. Lo que yo les cuento a mis niños nuevos, en un futuro no muy lejano, ellos también se lo contarán a sus niños nuevos…
En ese lugar he encontrado una familia más. Allí he conseguido querer a personas como si fueran mi segundo padre, mi segundo abuelo, mis cientos de segundos hermanos. He encontrado Amigos de esos que te puedes permitir escribir con mayúscula, de decirlos con la boca bien llena de orgullo, en resumen, de esos que acuden a ti si los necesitas, de esos que ya, cada vez, quedan menos en este mundo.

Para mí, el secreto de mi sonrisa reside en acudir cada semana al patronato y saludar con una gran sonrisa a mi segundo abuelo, en enseñar todo lo que pueda y sepa a mis alumnos, para que ellos disfruten de lo que yo disfruté en su momento, en abrazar hasta lo insaciable a mis segund@s herman@s, en saber apreciar sus buenos y malos momentos, en ayudarles con mi compañía y, recíprocamente, con la suya. El secreto de mi sonrisa reside en compartir con mi hermano el mismo problema, el mismo atril, en tocar junto a mis percusionistas, en reír con las bromas de aquel que ha estado allí para lo bueno y lo malo, siempre con su inmensa paciencia: GRACIAS. El secreto de mi sonrisa está en aprender de mis mayores y Amigos cuando me aconsejan, me hacen reír, cuando les observas y ellos no se dan cuenta…cuando trabajamos juntos haciendo lo que nos gusta: haciendo música. GRACIAS a mi segundo padre, por hacer crecer en mí ese cariño que nos une, y por haberme abierto tantas puertas… Claro que sí, todos formamos juntos un círculo de amistad, de cariño, de alegría que pocos sitios proporcionan.

Allí, ese sitio lo hacemos todos nosotros: Juan, Ginés, Baltasar, Tolín, Rosa, Inma, Raquel, África, Jessy, Cristina, Eva, Caty, Judy, Flafy, PaulaS, Diana, Cristóbal, Andrés, RamóneS, JuanP, May, PedroS, PiconeS, Jenny, Mawi, María, GibiaS, AwayoS, Fran, Yoli, César, JoseS, MayoreS, Isa, Vicente, Loida, PaquiS, Jesús, Fuen, David, Cari, Fer, Mari N, Juanjo, Quique, AntonioS………….y todos aquellos que, por falta de papel, me dejo sin nombrar, que no sin pensar.

A todos, mis más sinceras gracias.
Isika P.

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